El PUD de Washington confía en la termografía para mantener el alumbrado encendido para los residentes

Aunque los residentes del condado de Mason estén en casa en una noche de invierno con la calefacción bien alta, la televisión puesta, cocinando y con kilos de colada en marcha, Chris Jorgensen, del PUD 3 (siglas en inglés del distrito de servicios públicos) está fuera comprobando los cables eléctricos y el equipamiento. El PUD 3 proporciona electricidad y servicios de telecomunicaciones integrales a más de 34 000 personas en el estado de Washington, EE. UU. Si no detectan los problemas pronto, miles de clientes podrían quedarse sin electricidad.

Evitar daños antes de que se produzcan

De noviembre a marzo, cuando la carga eléctrica está al máximo y la posibilidad de una avería es más alta, los ingenieros del PUD 3 pasan de 5 a 6 horas por la noche inspeccionando líneas eléctricas, conexiones y equipamiento con una cámara termográfica FLIR. «Empezamos por las subestaciones y después nos ocupamos de las líneas de distribución», afirma Jorgensen. La cámara térmica les ayuda a identificar puntos calientes en el sistema eléctrico para poder evitar fallos antes de que ocurran.

«Vamos conduciendo por la calle y uno de nosotros escanea por la ventana con la cámara térmica para comprobar puntos. Si vemos algo, salimos y realizamos un análisis completo», comenta Jorgensen. El PUD 3 utiliza cámaras térmicas para las inspecciones desde 2001. «Antes de tener cámaras termográficas, no había forma de realizar un mantenimiento preventivo. El equipamiento fallaba y salíamos para arreglarlo», afirma Jorgensen. Pero gracias a la cámara térmica FLIR consiguen ahorrar tiempo buscando problemas sin tener que bajarse del vehículo y los detectan antes de que provoquen un apagón.

El programa de inspección con infrarrojos en el PUD 3 ayuda a conseguir que el sistema eléctrico sea seguro y fiable, al mismo tiempo que permite a la compañía eléctrica ahorrar miles de dólares al realizar el mantenimiento durante el horario laboral normal. La alternativa es un apagón importante (uno que pueda producirse de noche o en fin de semana) que provoca horas extras, más caras, para el personal del PUD 3.

La cámara térmica que utilizan ha ayudado a encontrar problemas en cortes, estructuras de pasarela de subestación y conexiones malas o fallidas. La tecnología ha resultado útil incluso para comprobar la calidad de la construcción.

«Mi trabajo con los infrarrojos es como ir de caza: escaneamos cada línea y cada pieza del equipamiento en busca de posibles problemas con nuestro sistema», comenta Jorgensen. «Es una enorme satisfacción encontrar un fallo inminente en el equipamiento y arreglarlo antes de que provoque un apagón».

Priorizar y programar las reparaciones

El PUD 3 también supervisa las cargas con el software SCADA para ver qué hay debajo de la mayor carga de estrés, además de buscar dónde está la carga más alta. El sesenta por ciento de las veces encuentran líneas o equipamiento que necesita reparación. Contar con una cámara térmica ayuda al PUD 3 a priorizar y programar las reparaciones. La capacidad de ver un punto caliente y la gravedad del problema permite a los ingenieros tomar la determinación de que «esto no va a fallar esta noche, pero quizá sí mañana».

Las ventajas de detectar a tiempo los puntos calientes incluyen la extensión de la vida útil de un equipamiento que, en lo demás, funciona bien, la prevención de fallos del equipamiento que podrían provocar apagones importantes y la reducción de costes a través del mantenimiento, en lugar de la sustitución del equipamiento dañado.

«La termografía nos permite de verdad ver lo que el ojo humano no puede ver», afirma Jorgensen. «Nos permite arreglar estos problemas antes de que haya fallos; ha sido un beneficio enorme para el servicio».

 

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