Cámaras termográficas para proteger activos en almacenes

Los almacenes de todo el mundo están repletos de bienes de gran valor. Proteger estos bienes frente a robos es de suma importancia. Pero los robos no son el único peligro: los incendios son aún más peligrosos. El fuego puede destruir todo un almacén en un lapso de tiempo extremadamente breve. El valor de los bienes destruidos durante un incendio puede ser enorme y el coste de una vida que se pierda a causa del fuego es imposible de calcular. Las estadísticas muestran un gran incremento de activos perdidos en incendios, aunque los almacenes estén equipados con alarmas y sistemas de extinción de incendios.

Supervisión de contenido crítico

Muchos tipos de materiales son exotérmicos sin exposición a estímulos externos. Su temperatura interna se puede incrementar hasta el punto de que arden de forma espontánea. El fuego que generan y el intenso calor pueden hacer que arda el material de otros contenedores; en última instancia, la estructura del almacén, el cableado eléctrico y el equipamiento pueden acabar destruidos.

A pesar de que los que contienen equipamiento exotérmico son más susceptibles a los incendios que otros almacenes, el fuego se puede desencadenar en cualquiera de estos, con independencia de los bienes que en él se guarden.

Cámaras CCTV

Los almacenes y otras instalaciones han de protegerse frente a incendios. Existen varias opciones para hacerlo. Se pueden instalar cámaras CCTV para controlar el fuego o las llamas. El inconveniente es que cuando se comienzan a producir el humo o las llamas es porque el incendio ya se ha desencadenado.

Además, las cámaras CCTV solo pueden producir imágenes de buena calidad cuando hay luz suficiente, y este no suele ser el caso de los almacenes, donde las ventanas escasean. Y, por supuesto, menos durante la noche. Lo cual quiere decir que se tiene que instalar iluminación. No es solo que esta instalación sea cara, sino que el encendido de las luces y la sustitución periódica de las bombillas son extremadamente caros.

Otro inconveniente de las cámaras CCTV es que solo pueden ver a través del humo o las llamas cuando las imágenes tienen el contraste adecuado. Una pequeña cantidad de humo gris sobre un fondo también gris no se percibe de inmediato.

Detectores de humo y sistemas de aspersión

Los detectores de humo y los sistemas de aspersión son otra opción con la que minimizar el riesgo de los contenidos almacenados. Pero no todos los incendios son iguales y no todos los detectores de humo responden bien a todos los tipos de fuego.

Hay dos tipos principales de detectores de humo (por ionización y fotoeléctricos), los cuales tienen tecnologías que funcionan bien en ciertas circunstancias y no tan bien en otras. Los detectores por ionización responden de forma más inmediata ante incendios en los que haya implicadas grandes llamas, mientras que los detectores fotoeléctricos alertan con más rapidez ante combustiones más lentas y fuegos latentes. Por lo tanto, en función del tipo de incendio que se esté desencadenando, los detectores de humo pueden no responder tan bien como se esperaría.

Los detectores de humo también pueden producir bastantes falsas alarmas, pues el vapor o el polvo los pueden activar. La instalación de detectores de humo cerca de estufas, hornos u otros dispositivos que produzcan calor y humo es una fórmula segura de obtener falsas alarmas. Por desgracia, estas zonas se encuentran entre las que necesitan un control más cuidadoso de los riesgos de incendio. Los termodetectores, cuyas alarmas suenan en función de cambios bruscos de temperatura, son sustitutos que se deben tener en cuenta en tales zonas.

Pero la principal desventaja de los detectores de humo es que manifiestan una respuesta a un incendio que ya se ha desencadenado.

Cámaras termográficas

Las cámaras termográficas de FLIR van un paso más allá al proporcionar una respuesta temprana a los puntos calientes que se detecten. Esto, que es importante para cualquier tipo de almacén, lo es más para aquellos que albergan contenidos propensos a la combustión espontánea o muy inflamables.

Las cámaras termográficas de FLIR revelan con claridad los puntos calientes en un vídeo o pantalla de PC remotos en tiempo real, así como también le indican al observador la temperatura y el lugar precisos de dichos puntos calientes. Además, esta «cámara inteligente» se puede programar para ajustar la temperatura a la cual se genere la señal de alarma, así como utilizarse varios puntos y alarmas objetivo. La salida de la alarma se puede conectar directamente a un dispositivo de alarma, anunciador, controlador lógico programable (PLC, por sus siglas en inglés) o sistema de supervisión y control para PC. Cuando tiene lugar una alarma, el personal puede consultar el monitor visual para comprobar el problema y el lugar exacto.

Las cámaras termográficas de FLIR se pueden utilizar para ahorrar cientos de miles de euros en daños de contenidos y estructuras al identificar fuegos inminentes en una fase extremadamente temprana.

Por qué es tan eficaz la termografía

Todos los objetos emiten radiación térmica en el espectro infrarrojo, que es invisible al ojo humano. Las cámaras termográficas convierten dicha radiación en una termografía que se calibra a una escala térmica. Estos datos térmicos sin contacto se pueden visualizar en un monitor, así como enviarse a un dispositivo de almacenamiento digital para analizarlos.

Instaladas en un sistema de protección de activos de almacenes, las cámaras termográficas FLIR producen termografías en las que pueden verse hasta los más pequeños detalles. Y a eso hay que añadirle aún más: la imagen también muestra los datos térmicos que se hayan obtenido en un modo sin contacto.

Supervisión de almacenes sin necesidad de luz

A diferencia de las cámaras de imagen visible que se pueden utilizar para detectar humo, las cámaras termográficas no necesitan luz para producir sus imágenes. Por lo tanto, proporcionan supervisión de almacenes 24 horas al día y 7 días a la semana sin necesidad de luz. Además, las cámaras termográficas cuentan con otra ventaja: también son capaces de ver a través del humo. Esto quiere decir que, en caso de que se desencadene un incendio, se pueden utilizar para guiar a los bomberos hacia la fuente del fuego y para ver si hay aún gente en la habitación que esté llena de humo.

Sin embargo, las cámaras termográficas pueden «ver» puntos calientes bastante antes de que aparezcan el humo o las llamas, lo cual hace de ellas herramientas ideales para la protección de activos de almacenes.

Funciones de varias alarmas

La cámara termográfica puede proporcionar una señal directamente a un dispositivo de alarma sonora o visual, así como combinarse con un PLC o con un controlador de PC para crear un sistema de supervisión con funciones avanzadas. Entre estas funciones que se consiguen con el firmware de la cámara termográfica de FLIR o con software para PC, se incluyen:

  • Temperaturas altas, bajas y medias en una imagen
  • Alarmas de punto establecido de temperatura
  • Varios puntos y alarmas objetivo
  • Retardos para ignorar los aumentos temporales de la temperatura debidos a carretillas elevadoras en la zona
  • Análisis de tendencias térmicas para revelar problemas antes de que se alcance un punto establecido
  • Conexiones Ethernet a un controlador central
  • Conexión de varias cámaras a un monitor central
  • Imágenes y mensajes de alarma mediante Ethernet, correo electrónico o FTP

Configuraciones típicas del sistema

La ilustración esquemática describe una configuración típica del sistema con la cámara termográfica FLIR A310 . Aunque las salidas E/S de vídeo analógico y digital permiten que se utilice como un sensor inteligente autónomo, muchas aplicaciones de almacenes también utilizan su flujo de datos digitales, el cual se envía mediante las líneas Ethernet a un PLC o a un controlador de PC.

Cuando se utilizan de este modo, los datos térmicos son una de las principales entradas al PLC o al controlador de PC que sea parte de un sistema más amplio de supervisión y control de las instalaciones. En conjunción con sus capacidades de puntos establecidos de alarma, la comunicación Ethernet de la A310 puede proporcionar una compresión de la señal de vídeo analógica de la cámara a prácticamente cualquier lugar donde un PC esté ejecutando software de supervisión. El software de FLIR permite que se visualicen en un PC las imágenes de hasta nueve cámaras a la vez y que se pase de unos grupos de cámaras adicionales a otros según se necesite.

Además de visualizar las imágenes de vídeo termográficas, se pueden guardar y analizar los datos térmicos para producir análisis de tendencias. Los protocolos TCP/IP de las cámaras termográficas de la A310 se utilizan cada vez más para facilitar la supervisión de varios lugares.

Pueden enviar datos térmicos e imágenes de forma automática a un PC a través de correo electrónico o de protocolo FTP siempre que se alcance el umbral de alarma de temperatura. El personal de seguridad de las ubicaciones que se designen puede abrir un explorador web protegido por contraseña para acceder al servidor web de la cámara y a sus funciones básicas de control, así como para ver vídeo en directo de la zona supervisada.

Termografía en combinación con un sistema de extinción de incendios

Una cosa es detectar un punto caliente que puede llevar a un incendio y otra es evitar que se convierta en un incendio. Por lo tanto, mucho usuarios, y también compañías de seguros, se enfrentan a la cuestión de crear un sistema que no solo detecte los puntos calientes, sino que pueda enfriarlos de inmediato de modo que no se desencadene el incendio.

En este tipo de casos, la cámara termográfica se puede conectar a una boca de agua contra incendios. La cámara termográfica guiará la boca de agua hacia el lugar exacto en el cual esté el punto caliente y lo enfriará, lo cual significa que solo una pequeña cantidad de bienes acabarán dañados por el agua. Con los sistemas de aspersión sucede lo contrario, ya que pueden dañar una gran parte del almacén.

Caso práctico 1: purificación de piscinas

Echemos un vistazo a una compañía que tiene una gran planta de fabricación de hipoclorito de calcio, el cual se utiliza en la purificación de piscinas. La forma anhídrida de este material exotérmico se guarda en grandes contenedores en los almacenes de la compañía.

Al principio, la firma comenzó a introducir termopares en los contenedores que se seleccionaban para supervisar las temperaturas. Las salidas del termopar se conectaban a un sistema de supervisión que activaba una alarma si la temperatura subía demasiado. Con once almacenes dispersos a lo largo de una gran zona y un enorme número de contenedores que habían de supervisarse, tuvieron un sinfín de problemas de cableado con los termopares. Para que esta situación fuera algo manejable, la compañía adoptó un método de muestreo e instaló termopares en solo un tercio de los contenedores. Sin embargo, esto les expuso a un significativo grado de riesgo.

Para reducir dicho riesgo, la firma comenzó a instalar cámaras termográficas FLIR A310 a modo de sensores térmicos de posición fija sin contacto, supervisando así todos los contenedores de un grupo fácilmente cubierto por el campo de visión de la cámara. Una conexión Ethernet individual desde cada cámara termográfica guía los datos térmicos a un sistema de supervisión PLC mediante una red inalámbrica. Con el fin de ignorar los aumentos temporales de la temperatura debidos a carretillas elevadoras que entren en el almacén, se programa un tiempo de retardo en la alarma del firmware de la cámara termográfica de FLIR. Esta rentable solución consigue una cobertura del 100% para los productos y elimina el enorme lío con el cableado de los termopares.

Caso práctico 2: eliminación de desechos químicos

Otro ejemplo es un almacén en el que se guardan barriles con desechos químicos. Aunque se trata de una instalación cubierta, los barriles no se pueden proteger totalmente frente a la humedad. Por ello, existe la posibilidad de fugas o de que los contenidos de un barril se contaminen por el aire o la humedad, lo que provocaría un aumento de la temperatura debido a una reacción química. En última instancia, existe el riesgo de incendios, e incluso de explosiones. Aunque las cámaras de luz visible pueden detectar llamas, o, si se proporciona la iluminación adecuada, humo, puede que lleguen demasiado tarde como para adoptar medidas preventivas.

Como en el ejemplo anterior, el operador de este almacén utiliza cámaras autónomas para detectar aumentos de temperatura dentro de su campo de visión antes de que el fuego tenga lugar y enviar una alarma a una estación central de supervisión. La función de histéresis de la cámara se utiliza para evitar que una alarma se desactive hasta que la temperatura detectada descienda por debajo del punto de temperatura establecido y un operador borre dicha alarma.

Las termografías se muestran en un monitor de control de habitaciones que indica al personal el lugar exacto de un punto caliente.

Evitar un incendio antes de que comience

Las cámaras termográficas FLIR son una herramienta ideal para la protección de activos de almacenes. A diferencia de otros métodos, como la supervisión mediante CCTV o los detectores de humo, la tecnología termográfica, gracias a su función de alarma automática de temperatura, puede evitar un incendio antes de que comience, con lo que se ahorran costosas pérdidas de existencias. También proporciona una imagen visual intuitiva y fácil de utilizar, la cual permite que el personal y los bomberos evalúen de inmediato la situación y reconozcan el problema. 

En función de la alarma de temperatura que se haya establecido previamente, una cámara termográfica podrá detectar un incendio tanto en la fase incipiente como en la latente. Para detectar el desarrollo de un fuego, los detectores de humo dependen de que haya humo, por lo que solo detectarán el fuego al final de la fase latente o al comienzo de la de llama. Las cámaras CCTV dependen del contraste de colores, por lo que, en función de las condiciones de luz, solo detectarán el incendio en la fase de llama o de fuego.

Para ser efectivas, las cámaras termográficas no necesitan mantenimiento ni ninguna costosa iluminación que consuma mucha electricidad. Las cámaras termográficas también producen menos falsas alarmas, las cuales son un problema común de las cámaras CCTV y de los detectores de humo. Como ventaja adicional, las cámaras termográficas de FLIR Systems también se pueden utilizar en aplicaciones de seguridad, en las que, si resulta necesario, detectan a los intrusos en la oscuridad total.

En la compra inicial, las cámaras termográficas pueden ser algo más caras que las CCTV y los detectores de humo, pero, dado que no necesitan luz ni ningún otro elemento para funcionar, los gastos de mantenimiento y las facturas de electricidad son reducidos. Esta solución es también el único sistema que realmente evita incendios, con lo que sus activos permanecen seguros y se le protege de costosas pérdidas de existencias: es la mejor solución de protección de activos de almacenes que hay hoy en día en el mercado.