La evolución de las intersecciones: de los bucles de inducción a la inteligencia artificial

La naturaleza dinámica de las intersecciones las convierte en uno de los proyectos más exigentes a los que se enfrentan los urbanistas. La diferencia de una intersección a otra depende de muchos factores. ¿Cuántas calles la cruzan? ¿Existe mucho tráfico de peatones y bicicletas? ¿Comparte espacio con líneas de transporte público importantes? ¿Cómo fluctúa el uso a lo largo del día? Se debe llevar a cabo una investigación diligente que aporte los conocimientos necesarios para crear una intersección efectiva y segura. Además, los urbanistas deben supervisar los cambios en las condiciones y realizar mejoras a medida que evoluciona el flujo de tráfico.

La forma en que supervisamos y gestionamos estas fluctuaciones ha cambiado con el paso de los años. Desde la coordinación básica de señales hasta la detección avanzada de vehículos, las mejoras en la tecnología del transporte han conseguido que las intersecciones sean más seguras y eficientes. A medida que mejora el rendimiento de estos sensores, también aumenta nuestro conocimiento en cuanto a los entornos urbanos complejos.


¿En qué punto nos encontramos?

Un primer ejemplo de mejora importante de las intersecciones es el paso de las señales temporizadas a los sensores de presencia, comúnmente en forma de bucles de inducción. Los bucles de inducción se instalan en las carreteras para detectar la presencia de vehículos e indicar a las señales de tráfico que dejen tiempo suficiente para que pasen los vehículos en cola. Al adoptar los sistemas de detección de presencia se redujeron en gran medida los embotellamientos en los momentos de tráfico denso.

 

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Los bucles de inducción detectan con efectividad los vehículos sobre la superficie de la carretera, pero su instalación y mantenimiento suponen un alto coste y cortes temporales.

A pesar de que los bucles de inducción han demostrado ser una herramienta práctica y ampliamente utilizada en el control intersecciones, sus desventajas dejan mucho margen de mejora. Desde la perspectiva del rendimiento, los bucles de inducción solo recopilan los datos de presencia de vehículos en el área más inmediata. Para detectar los vehículos que se aproximan desde distintos carriles se necesitan varios bucles de inducción. Desde la perspectiva del mantenimiento, la instalación y reparación de los bucles conlleva trabajos costosos y cierre de carriles. Este hecho reduce su eficiencia rápidamente, ya que su vida útil media es de 3 a 7 años.

Han aparecido varias tecnologías nuevas encaminadas a solucionar los defectos de los bucles de inducción. Los sensores elevados con respecto al suelo —incluidas las cámaras de luz visible, los termógrafos y los radares— aportan varias mejoras. En lo que se refiere al control de señales, muchos sensores elevados con respecto al suelo permiten al usuario configurar zonas de detección. De esta forma, los operadores de tráfico pueden supervisar los vehículos que se aproximan y que están detenidos en varios carriles. Lo que antes requería la instalación de varios buques de inducción se consigue ahora con un único sensor elevado con respecto al suelo. En lo referente al mantenimiento, el simple hecho de ubicar la tecnología por encima del suelo implica una gran diferencia. La instalación, reparación y calibración de un solo sensor se puede realizar rápidamente y, a menudo, sin necesidad de detener el tráfico.

 

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Los sensores elevados con respecto al suelo detectan vehículos, ciclistas y peatones en las zonas configuradas por el usuario. 

Dentro de las tecnologías de control de señales, la termografía es la favorita del sector. La capacidad de detectar vehículos, peatones y bicicletas en condiciones de oscuridad total, clima adverso o luz deslumbrante supone una ventaja en cuanto al rendimiento de la termografía en las carreteras. De hecho, un estudio reciente del BASt (el Instituto federal de investigación sobre carreteras de Alemania) identificaba la termografía como la alternativa de detección más fiable a los bucles de inducción: «Ningún otro tipo de tecnología pudo demostrar una tasa tan baja y uniforme de falsas alarmas como la detección por termografía durante las pruebas sobre el terreno. En la mayoría de los casos, no se registraba ningún falso positivo».

 

El futuro de la tecnología del transporte

El mayor rendimiento en la detección moderna de vehículos y su baja tasa de falsas alarmas allanan el camino para realizar un gran avance en los dispositivos con funciones inteligentes. La introducción de sensores de tráfico basados en IA ofrece una nueva dimensión en el control de las intersecciones y los entornos colindantes. Los análisis integrados en la cámara, capaces de supervisar la posición, dirección y velocidad del vehículo, no solo permiten controlar de forma efectiva las intersecciones en tiempo real, sino también recopilar valiosos datos sobre el movimiento de vehículos y peatones para mejorar los sistemas de tráfico predictivo.

Además de identificar la ubicación y el movimiento de los vehículos, los sensores equipados con IA también utilizan algoritmos avanzados de clasificación para diferenciar los distintos tipos de vehículo. La capacidad de distinguir un camión de un autobús urbano o un ciclista del tráfico de vehículos, permite a los sistemas de transporte inteligente dar prioridad de forma automática a los vehículos de emergencias, al transporte público y a los usuarios vulnerables de las carreteras.

 

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Los sensores basados en IA recopilan los datos sobre velocidad, dirección y posición de una gran variedad de usuarios de carreteras.

Con esta información más completa acerca de la forma en que los vehículos, los peatones y las bicicletas se mueven por los entornos urbanos durante los distintos momentos del día, los operadores de tráfico tienen muchas más herramientas para localizar zonas peligrosas y gestionar embotellamientos que con los bucles de inducción.

A medida que los medios de transporte y los propios vehículos continúan evolucionando, también debe evolucionar nuestra infraestructura. La inteligencia artificial ofrece a los urbanistas datos valiosos que contribuyen a dar forma a las intersecciones y las carreteras del futuro.


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